París es una ciudad maravillosa, una ciudad que desde el primer momento cautivó mi atención. Aún hoy, tras muchos años visitándola, París embarga mi emoción de visitante ocasional. Su atracción fue tal que no dudé ni un momento en correr esta aventura internauta entre redes para mostrar, enseñar, comentar y narrar las bondades de esta ciudad de las luces.
Pero necesitaba un título para esta página.
Tras varios intentos fallidos, di con el que me satisfacía plenamente: “A París con Elena”. Es difícil explicar el amor que uno tiene por cada uno de sus hijos, pero siendo hombre, una hija puede convertirse sin mucho esfuerzo en un amor especial. Elena, como habrán supuesto, es mi hija y a ella dirijo el blog para que, en un futuro, pueda leerlo con el afecto que lo escribió su padre.

La primera vez que subí a la Tour Eiffel.
No soy hombre de palabra fácil, así que nunca pude explicarle la razón por la que quise que ella, junto con su hermano, conocieran París por primera vez de la mano de su madre y de su padre.
Nunca pude expresar mi alegría por este hecho con el sentimiento que me hubiera gustado.
Nunca lo hice con la fuerza necesaria para que lo entendiera.
Nunca … hasta que vi esta historia.
Para Elena …
La primera vez que vine a París … fue con mi padre. Tendría unos ocho años…”.
“Quería que vieras París por primera vez… con el único hombre que te querrá siempre, pase lo que pase”.
Gracias a TOUS por expresarlo tan bien.
Yo también llevé a mis hijas a Paris este verano, gracias por recordármelo con esta entrada
Me gustaMe gusta
Gracias por tu amable comentario, me alegro mucho de poder arrancarte buenos recuerdos con unas simples palabras. Espero que lo disfrutaras tanto como yo hice con mis hijos en París. Sin duda una experiencia que recordarán siempre. Es parte de nuestro legado a ellos.
Me gustaMe gusta