El polémico monumento «Bouquet of Tulips», de Jeff Koons.

Hoy vamos a hablar de un monumento de reciente creación y que ha generado una agria polémica en la ciudad parisina. Se trata del “Ramo de tulipanes” de Jeff Koons, una obra monumental conmemorativa que quiere reafirmar la amistad franco-estadounidense rindiendo homenaje a las víctimas de los atentados del 13 de noviembre de 2015 en la Sala Bataclan que dejaron 130 víctimas mortales y más de 400 heridos.

El «Bouquet of tulips» fue inaugurado oficialmente el 4 de octubre de 2019 como preámbulo de la Noche Blanca y se instaló permanentemente en los jardines de los Campos Elíseos, detrás del Petit Palais, lo que, como veremos más adelante, dio pie a numerosas controversias, especialmente en cuanto a su ubicación. El monumento está levantado a dos pasos del Pabellón Ledoyen.

Tras los atentados terroristas, Jane Hartley, entonces embajadora de Estados Unidos en Francia, pidió al artista visual estadounidense más popular del mundo, Jeff Koons, que estudiara un proyecto que sirviera de símbolo de amistad entre los dos pueblos y que, al igual que la Estatua de la Libertad fue para el pueblo norteamericano, éste resultara ser un hito emblemático para el pueblo francés. 

El Ramo de tulipanes tiene una altura de 12,5 metros, 34 toneladas de peso, y fue realizado en bronce, acero y aluminio y está dedicado a las víctimas recientes de los ataques terroristas sufridos en Francia en 2015. Una mano sostiene el ramo de tulipanes, una mano que realmente nos evoca la mano que sostiene la antorcha de la Estatua de la Libertad de Nueva York.

Debido al tamaño gigantesco de la obra, su llamativa estética demasiado pop, los costes de producción y las sospechas de un truco mediático del artista , en los medios de comunicación se creó una polémica de gran envergadura que afectó hasta los propios políticos que impulsaron la obra.

La ubicación de la escultura, que inicialmente se pensó que sería al frente del Palais Tokyo, también ayudó a generar aún más controversia desde su anuncio hasta su instalación. De hecho, en 2018, un grupo de franceses, entre políticos, artistas y destacadas figuras de la cultura, mostró su desacuerdo a través de una carta que enviaron al periódico Libération en la que pedían que se abandonara el proyecto por considerarlo oportunista y disruptivo en el entorno que se quería colocar.

Koons anunció su regalo en noviembre de 2016, aunque este se suscribía únicamente al concepto de la pieza, los fondos para su producción, de casi 4 millones de dólares, provinieron de mecenas franceses y americanos. El artista donará el 80% obtenido de la reproducción visual a asociaciones de las víctimas de los atentados de 2015 y el 20% será para su mantenimiento por parte del ayuntamiento parisino.

Durante la inauguración el artista aclaró: «He dado el copyright de la obra: el 80 % de los ingresos está destinado a las familias de las víctimas y el 20 % a la ciudad, que se encargará del mantenimiento”. La alcaldesa de París, Anne-Hidalgo, además aseguró que no se puede rechazar un regalo como este: “Un regalo se acepta, sobre todo este tipo de regalo que viene del corazón y que está dedicado, destinado a la ciudad, al optimismo, a lo que tenemos en común, nuestros valores, que son universales”.

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.