La Plaza Igor Stravinsky.

 

La Plaza Igor Stravinsky.

Debo reconocer que nadie, ni mis amigos, ni conocidos, ni programas de televisión, o sea nadie nadie, me había referido nunca alguna alusión a esta plaza situada en el centro de París.

La Place Igor Stravinsky está situada justo en medio del camino que va del Centro Pompidou a la Iglesia de Saint Merri. En la mitad de esos cien o ciento cincuenta metros que separan a estos dos edificios están ubicadas las fuentes que dominan la plaza.

Y, alguien se preguntará, ¿qué tiene de especial esta plaza?. Pues precisamente que desentona del ambiente arquitectónico en el que está situado. 

La Plaza Igor Stravinsky.

Si llegas a ella por el sur, habrás admirado unos metros antes el Hotel de Ville o la Tour Saint Jacques.

Si lo haces por el este, habrás paseado por la Place des Vosges o por La Bastilla.

Si es por el oeste, vienes de l Louvre, el Palacio Real o la enorme iglesia de Saint Eustache.

Todos son edificios o lugares de mínimo 300 años de antiguedad.

La Plaza Igor Stravinsky.

O sea, todo lo contrario que la Plaza Igor Stravinsky, que es una plaza contemporánea, diseñada por Nikki de Saint Phalle y Jean Tinguelly, donde el agua adquiere una importancia máxima.

El centro de la plaza es un estanque de agua en la que hay situados dieciseis esculturas separadas entre sí e inspiradas en la música del compositor Igor Stravinsky.

La Plaza Igor Stravinsky.

La figura principal es el Pájaro de Fuego, una gran escultura que domina el lado norte de la fuente y que da la espalda al Centro Pompidou.

Ésta, como casi todas las figuras del estanque, realiza algún movimiento para que el agua no esté parada y estancada. En concreto, al Pájaro de Fuego le sale el agua por los 7 cabellos que, a modo de escarpias, tiene sobre la cabeza. Tratan de imitar el fuego saliendo a chorros de la cabellera del pájaro.

La Plaza Igor Stravinsky.

También hay una cabeza de elefante que sube y baja la trompa de forma rítmica, tomando agua cuando baja y resoplándola cuando alcanza la altura adecuada.

Tenemos una serpiente en colores verdes, amarillos, rojos y azules que, enroscada sobre un palo vertical, va girando y expulsando agua por su boca.

La Plaza Igor Stravinsky.

Nikki de Saint Phalle también diseñó a una sirena bailarina, un sombrero, unos labios rojos carnosos o un corazón, todos ellos de un gran colorido y un diseño modernista.

Un cóndor multicolor, el ave con mayor envergadura de ala a ala del mundo y dueña de los altiplanos de los Andes, se muestra con sus extensas alas y, girando sobre sí misma, va moviendo el agua del estanque.

La Plaza Igor Stravinsky.

Por su parte, las obras de Jean Tinguelly son menos llamativas. Fundidas en hierro y en color negro, podemos disfrutar, por ejemplo de alguna nota musical del tamaño de una persona o de la figura que evoca al Ragtime, la primera música negra que fue realmente popular y accedió a la distribución comercial.

Pero lo que realmente importa es la combinación de una fuente de estilo contemporáneo dentro de un círculo (a excepción del Centro George Pompidou) donde predomina estilos del siglo XVII, XVIII o XIX.

Merece la pena la visita y si es con niños, el disfrute es mayor.

Elena en la Plaza Igor Stravinsky.

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